Honduras,
ni la ubicaba hasta hace un par de días,
hasta que pusiste tu dedo sobre el mapa,
sobre ella
y sobre mí.
Sé que allá hace calor, mucha,
y que el sol te abrasó por un tiempo.
Ahora te sientes viejo y nuevo,
sin-sentido...
¿Quién dijo que los muertos no iban a resucitar?
Calma, caricias, tu respiración,
pasa un avión, cambio de color.
Hoy ganas tú
y gano yo,
te abrazo
y ganamos los dos.
Robarme una bici para robarte una sonrisa.
Esto no se para,
no tiene fin,
nunca empezó...
nunca estuviste entre mis planes,
pero siempre llegaste a tiempo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario